El turismo de lujo la sitúa como la segunda ciudad en orden de preferencias.

Que Barcelona es una ciudad que no deja indiferente, es algo que podemos constatar los que vivimos en ella y vemos como, año tras año, mes a mes, casi semana a semana, sus calles se pueblan de visitantes de todo el mundo que llegan a la Ciudad Condal a dejarse llevar por ese algo que cautiva.

Que ese algo especial de Barcelona atrae a un tipo de visitante muy exigente nos lo dicen las cifras que publicó recientemente Condé Nast Johansens a raíz de un estudio llevado a cabo entre cerca de 725 usuarios de sus guías de destinos y hoteles.

Barcelona, pues, aparece como el segundo destino preferido para el destino de lujo a escala mundial, por detrás únicamente de Nueva York. Así, estas dos ciudades se sitúan a la cabeza de las preferencias de los turistas de alto poder adquisitivo. Sobre el tipo de alojamiento que valoran elegir de cara a sus vacaciones en los próximos años, el 76% responde que un crucero, el 73% un hotel de lujo y el 70% una cadena hotelera.

El gasto medio anual del viajero de lujo oscila entre los 3.465€ y los 6.295€, una cifra muy superior al gasto medio anual del viajero habitual que visita España, que es de 1.072€. Estos viajeros ‘de lujo’ realizan una media de entre uno y cuatro viajes al año, entre salidas de larga estancia, viajes de menos duración y escapadas de fin de semana.

Barcelona es pues una ciudad capaz de responder a las necesidades de un visitante exigente, al que le gusta la buena cocina, que busca un alojamiento en el que sentirse como en casa, y que busca vivir una experiencia que vaya más allá de la oferta de playa y sol. Un viajero con gusto, que sabe que, en Barcelona, el gusto es nuestro.