La primera dama estadounidense, sujeto de una nueva polémica por sus zapatos

Las primeras damas de los Estados Unidos siempre han estado bajo la atenta mirada de los media. Hoy, los media somos un poco todos y eso amplifica cada gesto, cada detalle, cada mirada, cada reacción o la medida de sus tacones. Sin duda, ha habido mujeres con más resonancia y trascendencia que otras. No es lo mismo ser Jackie Kennedy que Barbara Bush. Y naturalmente, nada se puede comparar con ser Melania Trump.

Si Michelle Obama, su antecesora en el cargo, se distinguió por una actividad política y social reseñable y por haber imprimido cierta naturalidad al hecho de no ser solo ‘la esposa del presidente de los Estados Unidos’, Melania Trump no puede dejar de ser noticia tan solo por aparecer ante las cámaras.

Todo lo que haga y lo que lleve puesto es criticable, juzgado, reprochado, alabado, cuestionado. La última ocasión para que su actuación sea puesta en tela de juicio ha sido su aparición en Puerto Rico, para interesarse por la situación de la isla después del paso del huracán Harvey.

La polémica la acompaña. Su relación, a veces escandalosamente tirante, con su marido el presidente Trump, convertida en uno de los personajes del Siglo, es continuamente escrutada. Miradas, sinceridad en sus palabras, la fuerza con la que se dan la mano… imagínense cómo se juzgarán sus estilismos.

Unas fotos de Melania antes de subir al avión que la conducía a Puerto Rico, en la que se la veía lucir unos ciertamente poco apropiados Stilettos para la visita a un territorio asolado, fueron objeto de tal polémica en las redes que, en el mismo avión, tuvo que ponerse un calzado deportivo sobre la marcha. A los pocos días, volvió a repetirse la escena, teniendo que colocarse de nuevo unas botas de montaña en el propio avión.

Polémicas, juicios, adversarios y partidarios que mutan sus amores y odios en relación del acto del día. Melania Trump, la modelo eslovena que llegó a lo más alto, en ocasiones es tenida como resistente ante las actuaciones de su controvertido marido y en otras como un personaje superficial.

Sea como sea, la seguiremos mirando.